Enlace:
https://www.lne.es/asturias/2019/09/02/gelida-vuelta-mundo-alberto-campa/2523580.html
Un aventurero sierense relata en un libro uno de sus épicos periplos: «He dormido en el desierto, en cementerios y hasta en un armario»
El sierense Alberto Campa ha sido siempre un gran amante de los viajes. Comenzó trabajando como guía y cuenta que ha visitado 202 países y territorios y unas 600 regiones, y que aún le quedan 50 lugares por conocer, «los más conflictivos». En el libro ‘Una vuelta al mundo bajo cero’ narra el primero de sus tres periplos alrededor del planeta.
Campa tiene una máxima: «Si quiero viajar más, tengo que viajar barato». Es por eso que le gusta ir «con una mochila pequeña como equipaje para llevar lo justo y dormir donde sea». Lo de dormir es toda una aventura. Lo ha hecho «en el desierto, en playas, incluso en cementerios y en un armario, pero normalmente le gente de los lugares que visito me acoge en sus casas». A pesar de que hay países que, comenta, son demonizados por la opinión pública, «una vez que estás en ellos, si tratas de evitar temas conflictivos como la religión o la política, la gente es muy hospitalaria».
«Trenes, autostop, animales?cualquier forma de transporte es válida para el objetivo de conocer y llegar a los sitios», relata Campa. El tren es el medio de transporte que más ha utilizado y es ahí donde empezó a escribir su libro. «He viajado en los trenes de la India, donde la gente apenas cabe; en coches de África de cinco plazas pero que acaban entrando una docena de personas». También ha usado vehículos más convencionales, como la bicicleta y la moto, «los más utilizados para cruzar fronteras».
Su modo de explorar el mundo también es peculiar. «Me gusta subir montañas, sobre todo en África, donde llegué a los cuatro puntos cardinales: Kilimanjaro, Monte Camerún, Toubkal y Ntlenyama». E intenta aprovechar para bucear «en todos los continentes», cuenta Campa. «Cuando una ciudad es conflictiva, hay que tratar de evitarla y viajar por los alrededores, porque te puedes encontrar con revueltas, manifestaciones o incluso disparos», avisa, aunque asegura que «no es lo normal».
El libro «es un homanje al V centenario de la primera vuelta al mundo, realizada por Magallanes y Elcano», aunque, precisa el autor, «el recorrido no es el mismo». «La peculiaridad del texto es que el viaje es en invierno y en casi todos los países la temperatura estaba por debajo de cero grados; lo más bajo que marcó el termómetro fue en Mongolia, con -34ºC». La capacidad de la gente para sobrevivir a esas temperaturas es «algo de admirar», asegura el aventurero asturiano.
Añade Alberto Campa que en su obra quiere contar «algo más que el viaje, como historias reales que le ocurrieron en Chernóbil, Fukushima o Nagasaki». Todos relatos y vivencias personales acumuladas y escritas «entre tren y tren», donde «hacía resúmenes de los viajes y se los mandaba a familiares y amigos». Fueron ellos, asegura, quienes le animaron a explicar en un libro cómo fue una de sus vueltas al mundo, la más gélida.